Discurso de la mantenedora.

Muy buenas noches a todos y bienvenidos un año más a nuestra casa.

En Santa Cruz estamos encantados de compartir con vosotros la exaltación de nuestras FF.MM.II de 2016.
Para los que no me conozcan, aunque ya me han presentado, soy Cristina, la mamá de estas dos princesas ahora ya convertidas en reinas, a las que como no! voy a dedicar unas palabras.

Antes de nada, deciros que no os asuste lo de mantenedora+mamá.
Menudo tostón! Estaréis pensando más de uno.

“No problem” libres sois de salir a haceros un cafetito o un cigarrito… media hora pasa volando.
Que nooo… es broma, seré breve…lo prometo.

Chicas, hace ya unos meses me preguntasteis: ¿Quién va a ser nuestro mantenedor?
No lo tuve que pensar mucho y ya veis…

Ufff, no sabía a qué me enfrentaba!!.
Amparo me preguntó: “¿Cristina vas a poder?
Yo toda decidida dije, claro!!!
Y aquí estoy.
No para deciros lo guapas, preciosas, bonicas, rebonicas o falleras que sois... (eso lo sabéis), sino para compartir con vosotras esa felicidad que hoy os envuelve y os hace brillar cual estrella en el firmamento.

Por vosotras, he tenido el atrevimiento de subirme a este escenario y enfrentarme a este micro.
Para vosotras, con el corazón en la mano, he escrito con ilusión y orgullo un pequeño cuento del que sois protagonistas.

No me considero una erudita de las letras, ni pretendo serlo. 

Por eso de antemano, me disculpo si algún fallo cometo. 

Eso tiene el directo y la emoción del momento.

Este cuento comienza, como comienzan todos los cuentos…
“Había una vez..." Una hermosa tierra, una tierra bañada por el mar Mediterráneo y arropada por un radiante sol.

En esta bella tierra llamada Valencia, se encuentra “EL CARMEN”, un antiguo paraje, encantador donde los haya formado por…14… reinos, que conviven en armonía, trabajando por la misma causa. 

Cada uno defendiendo su escudo y todos bajo el abrigo de una misma bandera, “LA SENYERA”…que ondea gloriosa sobre las majestuosas TORRES DE SERRANOS.

En el Carmen destaca un pequeño y humilde reino, SANTA CRUZ se hace llamar, donde sus gentes, gentes de bien y paz, mantienen con lealtad, esfuerzo, trabajo y sacrificio la llama del amor a su tierra, a su reino, a su fiesta y a su patrona…
Así fue, es y será…

Hace ahora 10 años, se celebró la llegada de dos cortesanas, dos hermanitas, gemelas idénticas. Dos nuevas princesitas que pasarían a formar parte de la chiquillería de SANTA CRUZ.

Ana e Irene, o Irene y Ana, dos niñas deseadas que llenaron de alegría la vida de sus papas y su familia.
Una alegría compartida con las gentes de su reino, el reino que algún día las vería convertidas en sus embajadoras.

El sueño que todas las niñas que habitan en él, desean se les haga realidad.
Para Irene y Ana, ha llegado el momento de verlo cumplido.

Para ello han pasado nada más y nada menos que 10 años y el azar, se puso de su lado, las princesitas estaban preparadas, pues todo este tiempo, sin saberlo, fueron convirtiéndose en las candidatas perfectas para representar a Santa Cruz.

Todo empezó una noche de fiesta, tal como ésta, allá por el año 2006.

A los pies de sus cunitas, reposaban sus respectivas bandas, un escudo y una bandera, unidos para lucir con orgullo y convertir a quien la porta en una gran reina.

· Las pequeñas princesitas dormían plácidamente en la barraca, al son de los tabales y las dolçainas.
· Disfrutaban de sus manjares, mientras el aroma de las paellas inundaba el ambiente.

· Aprendieron:
   - A caminar pisando bombetas.
   - A volar yendo de brazo en brazo.
   - A sonreír a todo el mundo.
   - A compartir un plato de gusanitos con sus amigas, “un gran aperitivo”

   - A recibir las merecidas chuches por portarse bien y cumplir en los ensayos de los playbacks

   - A dar de comer a un amigo, mientras sus mamás se ponían al día sus cosas.

   - A tiznarse hasta las pestañas, con las brasas que quedaban del concurso de paellas.

   - A hacer correr a su yaya tras ellas, porque aún no es hora de marcharse.

   - A sisarle a su yayo azucarillos, vasitos, palillos, para hacer comiditas con sus amigas

   - A cantar hasta quedarse sin aliento las canciones prohibidas que solo en fallas se pueden cantar.

   - A bailar, como si no hubiera un mañana en la disco-móvil de la barraca.

   - A participar en los disfraces, juegos, bailes y un sinfín de actividades sin importarles ganar.

   - A posar ante la cámara de su abuelo y romper la pose justo antes de hacer “click”

   - A consumir en un día, los petardos previstos para 4
   - A portar con ilusión, un ramo de flores a su patrona, aunque tengamos que andar kilómetros…

   - A unirse al llanto infantil, porque se quema su fallita el día de San José.

En definitiva, aprendieron a DEFENDER, QUERER, HONRAR, ADORAR, AMAR Y SENTIR….

- A defender su escudo.
- A querer a su reino…. Santa Cruz.
- A honrar a su bandera…. la Senyera.
- A adorar a su patrona… la Geperudeta.
- A amar a su tierra…. Valencia.
- A sentir su fiesta…… las Fallas

ASÍ NACE Y CRECE UNA VALENCIANA.
ASÍ CRECE Y SE HACE UNA REINA.

Así, nacieron y crecieron.
Así, crecieron y se hicieron valencianas, princesas, reinas de sangre fallera.

¡¡¡ ..ANA e IRENE TERRASA MUÑOZ FF.MM.II. de 2016 !!!

Hoy es el día grande, Santa Cruz se viste de gala, día de coronación.

Ya están todos preparados para recoger a sus reinas de 2015, Anabel y Esther, y juntos en comitiva dirigirse a casa de los Terrasa Muñoz. Que nervios! Se acerca la hora.
Risas, nervios, sonrisas, nervios, gritos, nervios… Ayy!

Que tensión, que ilusión, que emoción…!! 

Ya están aquí, todos esperando a que Irene y Ana, aparezcan en el portal.

Recibidas con un cariñoso aplauso y agradecidas con sendas sonrisas, se unen a su comisión. Atrás quedan el olor a pólvora y el sonido de los tabales y las dolçainas.

Ya en el teatro donde serán nombradas y exaltadas las gemelitas, da comienzo el acto protocolario, solemne acto.

Emotivo, como ha de ser.

Para las pequeñas princesas y sus familiares un sueño cumplido, una noche mágica que guardaran en el recuerdo con cariño e ilusión.

Ya lucen las reinas en sus tronos, mientras fuera brillan las estrellas más que nunca, para que los Ángeles del cielo puedan ver que Santa Cruz sigue viva.

Que el legado que dejaron sigue adelante y que año tras año se coronan nuevas reinas.

Gran alboroto se ha formado allá arriba, entre risas y voces se escucha:

chorraaa!! Si las reinas son mis jamelas…ahora me entero! ¡mira que bonicas!
Atentos siguen lo que abajo acontece y orgullosos de su reino de repente enmudecen.

Ajenos a lo que fuera sucede, en Santa Cruz sigue la celebración, las reinas en sus tronos, las cortes a sus pies formando un hermoso cuadro que bien podría haber creado el mismísimo Sorolla.

Todo hecho y todo dicho, las pequeñas Princesitas, ahora convertidas en dos preciosas reinas, lucirán con orgullo sus bandas que las acreditan como tales.

FF.MM.II de Santa Cruz para el 2016

Poco queda por contar y este cuento está llegando a la mitad…

Empezó como empiezan todos los cuentos, pero todavía no hay escrito un final…pues solo estas reinas lo podrán terminar…
A partir de este momento dejo de contaros, para que empecéis a vivirlo chicas.

A disfrutar de vuestro reinado, de cada acto, de cada día, de cada minuto.
De nuevas sensaciones y emociones que harán vibrar vuestros corazones, no os preguntéis que es, solo disfrutarlo, sentirlo, vivirlo…
Solo así, podréis convertirlo en recuerdos que jamás olvidareis y será posible que a este cuento le pongáis su “colorinnn, coloradooo…”

Como mantenedora una servidora ha acabado, como mamá solo deciros y hablo también en nombre de papá, que estamos muy orgullosos de vosotras, que confiamos en que vais a representar a Santa Cruz como se merece, que estamos encantados de compartir y vivir con vosotras este mágico año y que siempre, siempre estaremos aquí para lo bueno y lo mejor.

Os dimos la vida y nos la habéis llenado con:
vuestras dulces sonrisas
vuestras tiernas miradas
vuestras suaves caricias
vuestros infinitos besos
y vuestros abrazos verdaderos…

Gracias princesas

Os queremos.